La ley está de tu parte: que no te timen con la nueva normativa de protección de datos
El Reglamento General de Protección de Datos, que será de obligado cumplimiento a partir del próximo 25 de mayo, nos traerá nuevos derechos para los usuarios y obligaciones para las empresas.
La ingente cantidad de información que las empresas tienen sobre nosotros y la forma en que deciden utilizarla es fruto de polémica constante. El caso más reciente se ha vivido con Facebook. Según las investigaciones y la propia confesión de Mark Zuckerberg, los datos de más de 87 millones de usuariosde la red social cayeron de forma indebida en manos de la consultora electoral Cambridge Analytica, que trabajó para la campaña de 2016 del actual presidente de Estado Unidos, Donald Trump.
Mucho antes de que esto saliera a la luz, en abril de 2016, el Parlamento Europeo había aprobado el Reglamento General de Protección de Datos (el famoso GDPR, por sus siglas en inglés) con el fin de proteger la información de los usuarios en una sociedad cada vez más digitalizada. Entonces, Europa daba un plazo de dos años a los países miembros para que se adaptaran a la nueva normativa, siendo de aplicación directa para todos a partir del próximo 25 de mayo de 2018.
El tiempo ha pasado y, a la espera de nuestra nueva Ley Orgánica de Protección de Datos de Carácter Personal, que se adapte a lo demandado por Europa y que ya está en tramitación, el GDPR (o RGPD, en español) comenzará a formar parte de nuestras vidas: desde el acceso a nuestros perfiles en redes sociales, la compra por internet o un trámite online en la web del Ayuntamiento, serán muchos los aspectos cotidianos que se verán afectados.
Con la nueva norma, “se pasa a reforzar los derechos y la capacidad de otorgar el consentimiento, la transparencia en los tratamientos de datos, nuevos derechos de las personas y un cambio profundo en el sistema de cumplimiento para las empresas”, explica a Teknautas el abogado Daniel López Carballo, socio de Écija y especializado en privacidad, protección de datos y tecnologías de la información. Ahora bien, todo ello, ¿cómo va a repercutir en el día a día de los usuarios?